Según mi punto de vista existen al menos tres tipos de realidades.
Las que nos hacen creer, las que nos hacemos creer a nosotros mismo y finalmente está la que de verdad es.
Resulta que ahora estamos inmersos en una gran crisis. Una tan grande que sabemos donde empieza pero no tenemos ni idea donde acaba.
Y según los expertos lo peor está por llegar.
Y precisamente es aquí donde quiero incidir con este post o pequeño artículo.
Mi opinión es que está todo por hacer, que es obvio y evidente que nos pueden echar de un trabajo que hasta hace poco pensábamos que era «para toda la vida» pero creo que precisamente ahí radica el problema o circunstancia.
Debemos tener planes, ilusiones, dedicar un tiempo a aprender, a formarnos (si hemos dejando de hacerlo) para que cuando se nos cierre una puerta se nos abra un ventanal.
Ayer en la comida familiar de todos los martes y tras repasar la situación económica del país dimos paso en la conversación a recordar al hijo de un conocido que le habían diagnosticado leucemia y además del peor grado.
Evidentemente, todo lo malo hablado anteriormente, aquello que nos creaba tanta angustia, que no nos dejaba ni imaginar lo malo que será el futuro económico, lo vimos como algo que de verdad, con salud y con ilusión seguro que se saca adelante.
Las cosas no acaban, solo se produce un cambio y volvemos a empezar el camino y lo mejor es hacerlo con ilusión, con esperanza y con muchas ganas.
Y a la familia del niño, mucho ánimo y mucho amor.